Probióticos y estrés

La ansiedad es una «epidemia» moderna. Cuidarnos a nosotros mismos y a nuestra salud mental es fundamental para afrontarlo. Pero hay otro factor que debemos cuidar cuando se trata de la existencia «biológica» del estrés… nuestro microbioma intestinal. El término «microbioma intestinal» se refiere a los microorganismos que colonizan el tracto gastrointestinal, que suman entre 300 y 5000 especies diferentes en cada persona. Estudios recientes han indicado la conexión entre la buena salud intestinal y la salud mental. En particular, nuestro microbioma intestinal puede contribuir a las fluctuaciones en los niveles de estrés. ¿Increíble? ¡Y aún así!
Al añadir alimentos específicos a nuestra rutina diaria para centrarnos en una correcta digestión, podemos mejorar enormemente nuestros niveles de estrés y cuidarnos como un todo, de adentro hacia afuera.
¡3 formas de mejorar la salud de tu microbioma intestinal y reducir el estrés al mismo tiempo!
Dieta
El primer paso es saber qué alimentos contribuyen a un microbioma intestinal saludable y cuáles pueden crear un problema. Inicialmente, limitar el consumo de alimentos procesados, alimentos ricos en azúcar y grasas y sustituirlos por otros alimentos beneficiosos para el organismo, contribuye significativamente a mejorar la salud general del microbioma intestinal.
Los alimentos que favorecen la creación de colágeno, como el caldo de huesos y el salmón, ayudan a proteger la barrera intestinal y facilitan el proceso de digestión.
Alimentos ricos en fibra. El brócoli, la avena, los frijoles, los aguacates, las peras, los plátanos y las bayas tienen un alto contenido de fibra y desempeñan un papel catalítico en la digestión.
Alimentos ricos en grasas omega-3. Salmón, linaza, semillas de chía, todas ellas ayudan a reducir la inflamación intestinal, debido a los ácidos grasos omega-3 que contienen.
Probióticos + Prebióticos
Los alimentos ricos en probióticos + prebióticos ayudan significativamente a la salud del microbioma intestinal, influyendo en el equilibrio entre las bacterias «buenas» (=probióticos) y «malas» en la luz intestinal. Los alimentos ricos en probióticos mejoran positivamente las poblaciones de bacterias intestinales beneficiosas, mientras que los prebióticos son el alimento de los probióticos.
Probióticos: chucrut, kéfir, kombucha, vinagre de manzana, yogur.
Prebióticos: espárragos, cebollas, ajos, puerros.
Digestión suave
Una digestión suave es muy importante para la salud intestinal. Para realizar correctamente el proceso se activa el sistema nervioso parasimpático, lo que impone un estado de relajación generalizada, por lo que, entendemos, que la ansiedad (que requiere de nuestro sistema nervioso exactamente la energía opuesta, es decir, alerta e hiperintensidad) no apto durante este acto. Si no estamos relajados, nuestro cuerpo no puede producir los jugos gástricos, que absorben los alimentos. Esto significa que no podemos absorber los nutrientes, vitaminas y oligoelementos necesarios para un cuerpo y una mente sanos.
Un truco para relajarse antes de comer es realizar unas cuantas respiraciones profundas (para que se expanda la barriga, no el diafragma). Dé una base a la exhalación, conteniendo la respiración durante 5″ y exhalando gradualmente.
Incluso si los estudios se encuentran en una etapa temprana, no se puede discutir la correlación entre el microbioma intestinal y el estado de ánimo. Entonces, con simples pasos, podemos ayudar a nuestro microbioma intestinal y, por extensión, a nuestra salud mental.